Dos minutos para volver de comercial.

Soy, y he sido periodista desde que comencé a laborar en los medios, la carencia de título universitario alguno puso en duda muchas veces mi capacidad como tal, sin embargo a fuerza de coraje y tiempo me he dado mi lugar, aprendí a llevar la entrevista, a proyectar a pantalla, a desarrollar mi dicción, soy un ejemplo de superación personal y debo estar orgulloso por eso, sin embargo, en estos tiempos extraño en los que vivo, tengo que admitir una cosa que hasta hace unos meses me ha costado admitir, NO SOY LIBRE, SOY UN EMPLEADO, opinión tengo, NO PUEDO EXTERNARLA DE MANERA LIBRE, soy un rehén de mi propio saber, me arriesgo demasiado siquiera admitiéndolo, hace unos momentos, me tomo por asalto un segundo de valentía y en plena entrevista en vivo estuve a punto de salirme del guión, NO PUDE; seguí con mi entrevista hasta el final y al terminar, no pude más, me reconocí en lo que no reconocía y el llanto hizo presa de mi. Me extraño y el duelo que siento es hondo y real, es la catarsis necesaria para saber quien soy o en lo que me he convertido, el paso para no horrorizarme ante mi reflejo, para aceptarme, LO SIENTO, yo sólo no puedo, envío una disculpa a todos pero éste tengo que ser yo, me voy a mi puesto porque termina el corte, sigo siendo un periodista. Vuelvo a la información.