Las delicias de la ignorancia.

Es bien sabido que no sólo en México, sino en este mundo globalizado, mientras nos llenamos la cabeza SOLO de cosas banales, dejamos de razonar con sentido y nos convertimos en seres más dedicados al micromundo del "para mi", en vez de concebirnos en el "yo" integral. Me explico mejor, el "para mi" no es sino el deseo irredento de querer tener, poseer y exhibir, a veces, el individuo que vive de esta forma, puede ser un poco compartido con la gente cercana,  familia, amigos o meros compañeros de juerga, tiene la preocupación principal de poseer lo último de lo úlitmo de acuerdo a su nivel económico, y que puede ir desde la marca de cigarros hasta aviones o yates privados, ve el mundo hacia adelante, en línea recta y de forma reducida, un panorama restringido.

Mientras tanto, el "yo" integral es aquél que se conoce y busca conocerse mejor, se ocupa de sí mismo sin perder de vista el entorno que le rodea, no busca cambiar la opinión de otros pero si compartir la propia, comprende que ser feliz es la razón medular de la vida, que la abndancia proporciona bienestar, pero es una parte muy pequeña de la felicidad y aduce que una mente crítica es parte importante del ser feliz, ya que le hace ver el mundo de una forma panorámica, con vista.

La forma mediática de recibir la información en la actualidad nos ha hecho entrar vertiginosamente a la primera concepción, debido al interés creado de que el ser humano se desprenda de su esencia innata de animal social, para tornarse en un fallido animal individual. Ahora que el hombre ha terminado prácticamente con todo el orden natural existente, busca un objetivo diferente para satisfacer sus instintos depredadores, y los vuelca al ámbito del tejido social, por lo tanto, tenemos claro que la sociedad actual, desde esa concepción de "éxito", debe de ser construída sobre el cimiento de que este hombre, para subsistir, tiene que convertirse en predador del mismo hombre, un "canibalismo social" si así se quiere ver.

La descalificación y el odio hacia los demás seres humanos, eran términos usados profusamente desde finales de los años 40 hasta finales de los años 80, pero ahora el término predominante es la indiferencia, y no se escapa a esto la sociedad mexicana, ya que la mayoría de la población, aunque reciba algun grado de educación, se acostumbra a memorizar para pasar el exámen en turno, y es ese tipo de educación de poco valor interactivo y crítico, el que nos tiene ubicados donde estamos, y no es sino hasta el sistema universitario donde el desafío intelectual se palntea en formas más osadas, y aún ahí depende del plantel universitario donde vayas y del circulo del que te rodees para desarrollar esa habilidad, solamente en la UAM, el  IPN, la UA de Chapingo y la UNAM, se logra una evolución de pensamiento con sentido humanista en masa, aunque también depende la Facultad, ya que Facultades como Administración de Empresas, Derecho y Economía serían prácticamente excluidas de dicha evolución, pero cabe aclarar que aunque muy pocos, sí existen libre pensadores en esas Facultades y en otros campus universitarios, digo, no es en balde el reconocimiento internacional que en materfia de humanismo y desarrollo científico se da a las distinguidas casas de estudio de las que ya se ha hecho mención, que si no producen ese pensamiento critico en el 100% de su población estudiantil, si superan por mucho a otros planteles, donde el sistema produce buenos profesionales, pero con una formación más tecnócrata.

Tenemos por lo tanto el entendido social actual de que la individualidad debe subsistir por encima del grupo, sin importar quien caiga, veremos cómo les suena la siguiente frase: "primero uno mismo y que se pudra el mundo", pareciera una frase estúpida, pero cierta en estos momentos, no nos interesa de fondo lo que pasa en el mundo, nos interesa lo que pasa con uno, y dejamos de lado la interacción social, en busca de una visión personal y solamente esa visión, en la ignorancia plena de que si ni esa sociedad o ese mundo que damos por sentado no existiera, por obviedad nosotros tampoco, aunque hay otros un poco menos tontos que nosotros que al entender la frase anterior, aplican otra en avanzada voraz: "Divide y vencerás", y nuestro único consuelo se produce cuando confundimos la lástima con la solidaridad, sumiendo a los infortunados a una caída libre hacia la miseria, sin percatarnos, que al momento de hundirse creamos una corriente que va jalando a las personas un poco menos desafortonudas hacia el fondo.

Pero no se trata de que cada uno de nosotros nos sintamos culpables, ni mucho menos, sino de entender que las soluciones, tambien se encuentran contenidas en nosotros mismos, ya que nadie es reponsable de la cultura propia más que uno mismo, a la MEDIDA DE NUESTRAS POSIBILIDADES.

Veamos, ves las noticias de la televisión concesionada, Televisa y TV Azteca, se vale pero busca en radio y prensa escrita otras opiniones, NO LO MISMO QUE TE DICE LA TV (radio educación, radio UNAM, Proceso, la Jornada, el Chamuco).

Te gusta el reggaetón, se vale, pero por cada canción de ese ritmo busca otra de cualquier otro género y, mientras mas alejado, mejor, puede ser TANGO, CLASICA, RANCHERO, JAZZ, ROCK, BOSSA NOVA, BLUES, SALSA, GRUPERA, BALADA, etc., etc.

Te gustan las gorditas de chicharrón, se vale, come una ensalada, unas enchiladas, un sushi, un pizza de vegetales, fruta, croissants, dale variedad.

Te gusta el Sensacional de Vaqueros, el de chafiretes, el de luchas, el de albañiles, el Libro Rojo, TV Notas, TV y Novelas, TV y más, etc., etc, Leé a Freud,  a Hesse, a Mauppassant, a Dickens, a Rulfo, a García Márquez, a Borges (no al tal José Luis Borgues que nos recomendaba Vicente Fox), entre un larguísimo etcétera.

Si puedes dale variedad a tu vida y la verás con otros ojos, ampliarás tu panorama, puedes ajustarte a tu nivel socio-económico, opciones como bibliotecas y radio estan a nuestro alcance aún, tu pensamiento se volverá más extenso y claro, y podrás reñajarte a la vez que te mantendrás alerta, porque cuando el tonto miente, el tarado se la cree, y miren que puede ser en doble sentido, y, como dijera un devaluado comentarista de los medios: "no se dejen".